Ideas - Clases: Inquisidor

Que miedo dan los inquisidores, ¿no? Puede parecer una clase de apoyo, pero en realidad no lo serán, nada más lejos de la realidad. Tras lo de siempre, esto, vamos con los inquisidoritos.

EL INQUISIDOR

Si tienes a los inquisidores de enemigos, los odiarás para toda la vida, aunque sean realmente unos enclenques. Los inquisidores cuando no llevan armaduras pesadas (pueden llevar también medias y ligeras), tienen una defensa precaria, que la cuadriplican al llevar dichas armaduras gruesas. Son brutales atacantes de gran lentitud y de defensas algo bajas en dichas condiciones, pero que entorpecen severamente a los enemigos para obligarles a andar por la senda que los inquisidores desean, y de forma dolorosa.

Por ejemplo, podemos hacer que los espíritus del médium se vuelvan totalmente en su contra. Podemos hacer que las curaciones y escudos del clérigo también. Que los gritos de batalla del guerrero y sus posturas hagan todo lo contrario a lo que suelen hacer, y que personajes acrobáticos e incluso saltarines, como la valquiria o el caballero dragón, se muevan prácticamente nada, dejándoles totalmente fuera de combate y a puntito de ser ejecutados por el inquisidor.

También pueden invertir severamente los efectos de absorberle salud y fastidiar terriblemente a los enemigos, incluso robando la sanación de estos. Cuando tienen aliados, son capaces hasta de robar los efectos positivos de sus aliados para aplicárselos a si mismos, aunque pueden también doblar estas capacidades en sus aliados si lo desean.

Por suerte consumen una cantidad de recursos también muy alta, tienen muy poca vida y agilidad bastante precaria y si no llevan equipadas armaduras pesadas será fácil (si te dejan acercarte), deshacerte de ellos, con ataque bastante elevado. Suelen equiparse armas como espadas, manguales, escudos o lanzas.

Si tienes un inquisidor de aliado, sacrifica agilidad por aguante con las armaduras pesadas. Si lo tienes de enemigo, reza para que lleve equipada una armadura media o ligera y busca aquellos que puedan penetrar en las defensas de las armaduras para acabar con ellos cuanto antes. O lo lamentarás.