viernes, 10 de octubre de 2014

Descubrimiento exquisito: La Tagliatella.

Desde hace muchísimo tiempo estaba viendo restaurantes de esta franquicia, La Tagliatella por varias zonas que -más o menos- frecuento algunas veces casi todos los meses. Bueno pues, primero os dejo con su página web, una cadena de restaurantes de comida italiana: La Tagliatella.

Viendo tantas veces el restaurante, sobre todo cada vez que voy a mi centro comercial, cada vez tenía más y más curiosidad con el local. Leyendo por internet me he encontrado con críticas muy favorables, la comida es deliciosa, aunque algo cara y casi siempre hay que pedir reserva porque se llena todo rápidamente (sobre todo en puente y/o fin de semana), dónde además las cantidades son muy generosas y hasta con un solo plato comen perfectamente dos personas. Leyendo todas estas críticas positivas y la carta de la web, me entró mucha curiosidad sobre el mismo restaurante, y hoy, que podemos darnos una pequeña alegría, hemos aprovechado para ir. Sí, por todo lo alto.

Qué decir, los entrantes, unos panecillos especiales, bien crujientes, recién hechos, unos con aceitunas, otros con cebolla y otros tan clásicos como orégano con tomate, nos ha dejado un sabor de boca excelente. ¡Si unos entrantes tan pequeños como esos nos habían parecido sublimes, no me quiero ni imaginar como será lo siguiente! Bueno pues, hemos ido directamente a lo que más nos interesaba: pizzas. Yo la Melanzana, y mi marido la 7 Formaggi.

La masa finísima, pero crujiente y muy rica, fácil de cortar y de muy buen sabor. Lo mejor de todo es que se podía degustar todos los sabores de la pizza sin sacrificar la masa (como me pasa a veces con Telepizza, que a veces noto más la masa que el sabor de los ingredientes, que ya me había cansado tanto de telepizza como de la pizzería local), los sabores eran intensos, podías identificarlos todos, y como diría Gordon Ramsay (normalmente en MasterChef USA o en Pesadilla en la Cocina), han sido una fiesta en mi boca, tanto la pizza que me he pedido yo como la de mi marido, que hemos probado ambas. Además acompañaba un aceite (balsámico creo que era), de un sabor buenísimo, super intenso, con un aroma que te hace abrir todos tus sentidos. Vamos, que el simple aroma de ese aceite te hace entrar el hambre. Es increíble.

Por último hemos degustado los postres. Yo me he pedido el Tutto Cioccolato, aunque no me preguntaron si quería un helado u otro (imagino que solo tenían ese, que a mi la stracciatella no me gusta mucho pero igualmente estaba bueno), pero el bizcocho calentito de chocolate con el chocolate caliente fundido en su interior era increíble. Me ha gustado más el postre de mi marido, que ahora mismo no recuerdo el nombre y viendo la carta de dulces creo que era el "Cioccofondente"... ¡estaba para chuparse los dedos!

El ambiente del lugar también era bastante carismático, hasta había un albañil en mitad de la pared del fondo... de broma claro, pero era divertido verlo. Si miras de reojo y no te paras a mirar bien, casi parecía de verdad.

El precio rondaba los 40€ de hecho, algo carete, pero es que ha merecido muchísimo la pena. Normalmente no soy de pasta (de hecho, solo suelo comer pizzas y raras veces raviolis), pero por lo bueno que estaba todo y lo bien que olía la comida de las mesas de los demás, me apetece mucho probar el resto también. Además, aunque hayamos terminado bastante llenos, no estamos tan mal como cuando cenamos en el Foster. De hecho creemos que hemos terminado muchísimo mejor que cuando vamos al Foster, en paladar, en aromas y en general en nuestros estómagos. Y claramente pagamos el mismo precio, solo que podemos optar en La Tagliatella por un plato para ambos (yo pensaba que iba a ser un restaurante pijo con platos pequeños y para nada, ¡vaya cantidad! ¡¡así da gusto!!). En general, puestos a elegir ir más veces a sitios caros prefiero ir ahora a esta franquicia de restaurantes de comida italiana... me he quedado divinamente bien. Además los camareros te preguntan dónde prefieres sentarte, mientras que en el otro te llevan directamente a no ser que tu le eches morro y pidas un sitio; a mi me parece más correcto que el camarero te deje escoger un sitio dónde sentarte cómodamente, sobre todo cuando el restaurante está prácticamente vacío.

Ah, y las bebidas creo que era por cada una que pedías pagabas otra, al menos en el Foster pagabas la primera y los "recambios" te salían gratis, pero bueno. 

Un descubrimiento excelente. Teniamos pensado darnos un capricho así en diciembre, y además teniendo en cuenta que el 21 de dicho mes es nuestro aniversario de bodas, ya sabemos dónde vamos a celebrarlo, pero cogeremos reserva días antes por si acaso. E iremos bien vestiditos y arregladitos, claro. Más a gusto no vas a comer, no...
A ver si les pongo una reseña o algo decente que vamos, que delicia todo. ¡Siento repetirme tanto!

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